Lima, jul. 27 (ANDINA). Cuando se anunciaron las obras de construcción del Tren Eléctrico, los encargados de su ejecución sabían que trabajar en la avenida Aviación en La Victoria no sería una tarea fácil, considerando la cantidad de vendedores ambulantes, la suciedad y la cantidad de ratas que pululaban en el lugar.
Así lo informó a la agencia Andina el gerente de Desarrollo Económico de la Municipalidad de la Victoria, Mario Vargas, quien indicó que por ese motivo lo primero que se hizo luego de persuadir a los comerciantes para que se apartaran del lugar, fue ejecutar una campaña de desratización en la berma central de esa vía, con la que se eliminó a – según algunos cálculos – cerca de dos millones de roedores.
Para esa tarea se utilizó un producto biológico tipo sebo, que al eliminar a los roedores hacía que sus restos se secaran para evitar la descomposición y una potencial contaminación.
El personal encargado de limpiar la zona, aplanarla y dejarla lista par el comienzo de las obras del tren Eléctrico esperaba encontrar solo los restos de los centenares de miles de roedores eliminados, pero, como bien se dice, muchas veces la realidad supera a la ficción y lo que halló fueron verdaderos topos humanos, que hacían recordar - salvando las distancias - la película “Underground”, del director Emir Kusturica.La berma, de unos 12 metros de ancho y dos metros y medio de alto en su parte más alta, escondía para asombro de todos una especie de dormitorio donde varias personas pernoctaban en compañía de las ratas.
El primer insólito hallazgo ocurrió en la cuadra tres de la avenida Aviación donde había un hueco de algo más de un metro de ancho, donde solían dormir algunos hombres dominados por el alcohol.
Luego de beber los tragos más corrientes y baratos, estas personas ingresaban al hueco para descansar y esperar que los estragos de la embriaguez pasen.
Y cuando los trabajadores creían que lo habían visto todo, mayúscula fue su estupefacción cuando descubrieron una especie de dormitorio en la segunda cuadra de la avenida Aviación.
Se trataba de una especie de cueva de dos metros y medio por dos metros y medio y con una profundidad de dos metros, que servía de cuarto de hotel a una mujer adulta, un hombre y dos niños de entre 9 y 10 años.
Este “dormitorio” estaba totalmente forrado de plástico en su techo y paredes y tenía varias vigas que servían de soporte a la parte superior.
La iluminación era proporcionada por un lamparín de aquellos que se usan en los campamentos y las “camas” estaban acondicionadas con cartones y frazadas.
Pero, además, este refugio servía de almacén de hortalizas y otros productos de pan llevar que sus ocupantes comercializaban en la zona.
“No se trataba entonces de gente en extrema pobreza sino de personas que podían alquilar un cuarto y no vivir en esa condiciones infrahumanas”, comentó.
Según explicó, esas “casas habitación” eran cubiertas de día con costales y otros objetos y por eso no podían ser apreciadas a simple vista.
“Lo que nos parecía extraño es que estas personas eran las únicas que no se retiraban del lugar pese a que ya habíamos hablado con todos los comerciantes de la zona y ya habían accedido. Esta gente solo se retiró cuando estábamos a 20 metros de ellos realizando la limpieza de la zona”, relató.
Vargas dijo que por información recibida de los propios comerciantes, los “topos” tenían un puesto de verduras y poseían una casa, aunque se desconocía dónde.
“Al parecer, les era más fácil pernoctar en el lugar cerca de donde trabajaban, antes que movilizarse a su casa y luego volver”, indicó.
Lo cierto es que con el funcionamiento del Tren Eléctrico, se espera que esa zona de la Victoria cambie muy pronto de cara para mejoría de todos y de la ciudad.
(FIN) ART/LZD
Andina
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