sábado, 19 de marzo de 2011

Del infame amor por la combi al nuevo romance metropolitano

Lima requiere educación cívica para el mejor uso del Metropolitano. El próximo año no habrá orientadores. Aquí una lista para autorregularnos

ROXABEL RAMÓN

Lo hemos saboreado de sobra. La combi no ha sido un vehículo de transporte masivo más en nuestros maltratados corazones. Ha sido –y para muchos sigue siendo– un mal necesario. “Mal conmigo, peor sin mí”, presumían algunas calcomanías combísticas. Y, sí, por dos décadas fueron ese injurioso ‘peor es nada’.

No pudieron competir con su loco ritmo los microbuses, aquellos viejos galanes venidos a menos en los años 80. La combi nos envolvió pronto, nos hizo acostumbrarnos peligrosamente a sus códigos retorcidos. Nos ofendió, nos golpeó, nos hirió, nos mató. “Combi asesina”, le decíamos, pero no podíamos dejarla.

Felizmente, el 7% de usuarios del transporte público ya pudo zafar de esa relación fatal con la llegada del Metropolitano. Una suerte de príncipe azul. Un nuevo romance que deberíamos procurar mantener lejos del deshonor del pasado. No nos dirá nunca más “pie derecho”, “apégate pe’”, “sube ‘ñora’ con niños”, “no hay medio”, “allí entran cinco”. Ni le diremos: “Cruzando baja”, “‘china’ hasta acá nomás”.

PROCURA SEDUCIRME MÁS
Pero no nos ceguemos ante las bondades de todo lo novedoso. Las imágenes de esta página nos muestran las primeras señales de una posible ruptura y decepción.

“Nos hace falta terapia”, diría Juan Tapia, presidente de Pro Transporte, la entidad municipal a cargo del Metropolitano. Es decir, nos hace falta un programa permanente de educación ciudadana para el uso de este nuevo transporte, como hay en Bogotá (Colombia) para el Transmilenio o en Curitiba (Brasil) para TPC.

La Municipalidad de Lima aún no ha implementado esa solución, pues ahora mismo urge mejorar el diseño, ampliar los paraderos y corregir los errores de infraestructura para que el Metropolitano funcione bien. Todo ello requerirá S/.60 millones.

“Estamos abocados al mejoramiento físico del sistema, como semaforización y señalización”, dijo ayer a El Comercio Juan Tapia, pero aseguró que un programa educativo estaba entre sus planes de mediano plazo. Sabe que será necesario, pues en países vecinos los nuevos sistemas de movilidad entraron en crisis o la bordearon, debido a su lado más débil y falible: el ciudadano.

Si en Bogotá dos escolares fueron arrollados por un ómnibus del Transmilenio cuando trataban de colarse, acá ya cargamos con muertes de peatones que invadieron el carril exclusivo del ómnibus. La invasión del carril es la falta más recurrente por parte de peatones y conductores, según Tapia.

Será necesario, además, que los usuarios estemos bien educados porque la idea es que al término de este año se prescinda de los orientadores, esos jóvenes de chaleco amarillo que en los embarques reemplazan a los letreros que nos da flojera leer.

Concluyamos. Si el anhelo es no transferirle a este nuevo romance los vicios de esa mala experiencia con nuestra ex, la combi, no esperemos programas oficiales. Cada uno puede aportar:

1. NO SAQUE LA VUELTA
Los pasajes ya están subsidiados por la municipalidad. No intente burlar los molinetes. Ni las colas. No ‘guarde’ asientos. No permita que otros se acostumbren a hacerlo. Silencio es complicidad.

2. SEA CONSTRUCTIVO
La convivencia en el viaje puede generar conflictos. Mejor es ponerse en los zapatos del otro usuario. Los gritos e insultos quedaron en las combis. Tendrá más efecto y más respaldo una educada invitación a respetar las reglas: no comer, no beber, no cargar bultos, no importunar a los otros con ruidos o empujones. Y mantenga la paciencia: el Metropolitano es un espacio y una oportunidad para que nos toleremos mejor.

3. NO DESCUIDE LOS DETALLES
Esperar que bajen los otros pasajeros para subir al ómnibus es un acto de sentido común. Pero el criterio suele desaparecer en las horas punta. No hay necesidad: en pocos minutos vendrá el siguiente ómnibus. No olvide tampoco ceder el asiento a quienes tienen ese derecho y también a quienes puedan necesitarlo. Siembre cortesía.

4. PIENSE EN EL LARGO PLAZO
Aprópiese del Metropolitano. Es suyo y de todos. Aporte con ideas para hacerlo más eficiente. Envíe sus reclamos (mejor sus sugerencias) a datea.pe

LAS CIFRAS
300
Orientadores trabajan a lo largo del corredor del Metropolitano. Según Tapia, ello implica un costo que asume la Municipalidad de Lima.

10
Veces más que el Transmilenio de Bogotá cuesta por bus el Metropolitano en su etapa inicial, de acuerdo con datos de Pro Transporte.

S/.16 mlls.
Invertirá el Concejo de Lima durante el 2011 en la mejora de la infraestructura y del diseño del Metropolitano.

http://elcomercio.pe/lima/729850/noticia-infame-amor-combi-al-nuevo-romance-metropolitano_1

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