Tres mil 200 efectivos ingresaron a las arterías más
peligrosas de La Victoria y desterraron a cientos de delincuentes que
impedían que se coloquen los muros de concreto. El saldo fue de dos
muertos y cien personas detenidas. Algunos comerciantes de ese centro de
abastos aseguraron que se irán al mercado Unicachi.
Óscar Flores Ch.
"¡Avancen, avancen!", ordena un comandante a los efectivos de la
Policía en el cruce de las
avenidas 28 de Julio y Aviación. “¡Venceremos!”, grita,
alentándolos. Son las
11.45 de la mañana, el sol cae implacablemente y en el ambiente se respira la tensión, la incertidumbre y el miedo.
Cuatro escuadrones de la
Policía avanzan en orden y con firmeza hacia la cuadra 6 de la avenida
San Pablo.
Tienen un objetivo en mente: liberar las vías de La Victoria para
colocar los muros de concreto y así bloquear el ingreso de camiones a
La Parada Nº 1, declarada zona rígida.
A unos metros,
un mar de desadaptados quema llantas. Esperan furiosos con piedras, palos y cuchillos en manos. Los más
avezados portan armas de fuego y escopetas hechizas y azuzan a su gente a atacar con todo. "¡Los vamos a matar!", gritan desde lejos.
Otro contingente policial ingresa por la avenida
San Pablo y
Bausate y Meza. Todas estas vías son adyacentes a la convulsionada
La Parada.
En tanto, los efectivos de
Operaciones Especiales, ubicados a la vanguardia, siguen avanzando ahora por la cuadra 4 de San Pablo. La
Policía Montada y las tanquetas están replegadas.
EL ENFRENTAMIENTO
De pronto, la Policía se detiene cuando explota una bombarda muy
cerca. Le sigue una lluvia de piedras y botellas, lanzadas de los
edificios de la cuadra 4 de San Pablo. El violento ataque también
proviene del interior de
La Parada.
En cierto momento, un robusto delincuente apunta directamente a la
Policía y dispara. Los efectivos del orden retroceden, cubiertos con sus
escudos. "¡Nos están disparando!", alertan. Entonces, la
Sub Unidad de Acciones Tácticas (
SUAT) toma la posta con armas de largo alcance. Se inicia un tenaz enfrentamiento.
La lluvia de piedras, ladrillos de techos y bloques de concreto cae
desde lo alto de los edificios. En ese momento de zozobra, la Policía se
repliega disparando perdigones y bombas lacrimógenas a la turba,
apostada en la cuadra 2 de San Pablo.
A las 12.10 de la tarde se registra el primer herido de
bala. Se trata de un sujeto del bando delincuencial, de aproximadamente
30 años. Fue evacuado con una profunda herida en la pantorrilla.
En ese instante, dos revoltosos caen heridos en la avenida 28 de
Julio y otros seis son detenidos en una destacada acción de la Policía.
Son los principales cabecillas de esta revuelta.
Al final de la gresca, la fiscal de 47 Fiscalía de Lima, Irene
Mercado, confirmó la muerte de dos revoltosos en el hospital Dos de
Mayo. En total se registrarían 21 personas heridas y más de cien
detenidos.
SE INSTAURA EL CONTROL
La intervención culmina a las 12.20 de la tarde en San Pablo,
mientras en otras arterias se prendían esporádicos focos de resistencia.
Tres mil 200 policías liberaron las cuadras 2, 3, 4 y 5 de
San Pablo.
Allí se instalaron los cuatro primeros muros de contención dispuestos
por la Municipalidad de Lima para evitar la entrada de los camiones de
carga al ex mercado mayorista de
La Parada.
También se liberaron las cuadras 17 y 18 de
Bausate y Meza,
y las cuadras 28, 29 y 30 de la avenida 28 de Julio. Con orgullo, los
efectivos policiales veían cómo un lugar atestado de delincuentes era
progresivamente recuperado de los
desadaptados, en un operativo inteligente y exitoso.
Se vivió cuatro horas de terror.
Los vecinos de la zona sufrieron el impacto del conflicto.
Sus casas se llenaron del humo de bombas lacrimógenas. Muchos niños
resultaron afectados. Algunas madres inconscientes los usaron al
principio para alejar a los policías.
Pese a la resistencia de algunos vándalos, parapetados en San Pablo,
poco a poco la autoridad se instauró en estas calles de La Victoria.
Estas vías ya no serán zonas liberadas y se reintegrarán a la ciudad.
ENFRENTAMIENTO DEJÓ 2 MUERTOS, 21 HERIDOS Y MÁS DE 100 DETENIDOS
Dos muertos civiles, 21 heridos, algunos de ellos de gravedad y más
de cien detenidos son el resultado de los enfrentamientos ocurridos ayer
en los alrededores de La Parada entre policías y decenas de vándalos.
Uno de los fallecidos es
Jesús Eduardo Enríquez Apolaya, de
28 años, quien registra antecedentes penales. Este individuo tenía una orden de captura por lesiones graves emitida por el
42 Juzgado de Instrucción de Lima y por robo agravado.
Hasta anoche, la otra víctima, un varón de unos 30 años, se encontraba sin identificar.
La mayoría de los heridos fueron trasladados en patrulleros al hospital Dos de Mayo. Uno de ellos es
Luis Alberto Quispe Pacheco, quien el 16 de julio de 1996 ingresó al penal de
Lurigancho por robo agravado y salió tres años después.
Los detenidos, entre tanto, son clasificados en la
comisaría de Apolo, donde son interrogados. La mayoría tiene antecedentes policiales y penales e incluso están
requisitoriados. Se les aplicará todo el peso de la ley.
EN CIFRAS
3.200 policías ingresaron a La Parada para instaurar el orden.
100 personas fueron detenidas durante la liberación de las avenidas victorianas.
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