sábado, 29 de octubre de 2011

Los reyes del semáforo y su lucha por una moneda

Iron Man  de cuero. Alexander recibiendo una moneda enfundado en el traje de superhéroe que él mismo diseñó.
Iron Man de cuero. Alexander recibiendo una moneda enfundado en el traje de superhéroe que él mismo diseñó.

Cuando las luces del semáforo cambian, ellos convierten las pistas en un escenario. Aquí, 4 conmovedoras historias sobre este duro oficio en las calles de Lima.
Por: Claudia Toro.

Los llaman “recurseros”, gimnastas, trabajadores de la calle, bailarines o payasos. En realidad, cualquier nombre es válido para referirse a los “Reyes del semáforo”: decenas  de personajes pintorescos que por estos días han tomado las calles de Lima convirtiendo las pistas, aunque sea por 60 segundos, en un mágico escenario. Es entonces cuando demuestran su arte desafiando el peligro  a diario, y enfrentándose a la dura indiferencia de choferes y pasajeros que, muchas veces, les niegan una moneda.

Alexander Santisteban Vega es un ejemplo de ello. Con tan solo 21 años lo dejó todo en su natal Chiclayo, hace un año y medio, para venir a la capital en busca de oportunidades. Nunca conoció a su padre, y desde niño tuvo que luchar muy duro para ganar cada sol y darle de comer a sus cuatro hermanos. Él, a difererencia de mucha gente, conoce el real significado de la necesidad, la falta de educación y el desempleo en nuestro país.

Un Iron Man en Lima

Pero, todo cambia cuando viste su traje de Iron Man y empieza su actuación en pleno jirón Lampa en el Centro de Lima. En ese momento su público, sentado en combis y taxis, lo mira sorprendido,  y él se siente como todo un Robert Downey Jr. encarnando a su superhéroe favorito, aunque su traje esté hecho simplemente de cuerina, pegamento, pintura negra y armas de juguete.

“Cuando llegué a Lima no sabía qué hacer. Alquilé un cuarto en San Juan de Lurigancho y comencé a buscar trabajo, pero siempre me incliné por el arte. Trabajé como estatua pero los serenos me echaban de las calles. Luego hice este traje y empecé a llamar la atención”, sostiene. Su sueño, dice, es montar su propio negogio de abarrotes. Por ahora trabajando desde las 8 de la mañana hasta las  10 de la noche, gana entre 80 y 100 soles diarios: “Lo que más quiero es ayudar a mi viejita que está enferma”.

Un artista de Bagua

Jhon Walter Castro (29) empuja su cochecito verde, cargando un viejo parlante y el disfraz de una pareja de cajamarquinos. Con la frente sudorosa y el cuerpo vencido por el cansancio llega a la Plaza San Martín.

Apurado se arregla - mientras el semáforo cambia a verde-, enciende la música,  y entonces suena el popular huayno de Silverio Urbina: “Qué linda flor, que hermosa flor, que linda flor...”. Jhon zapatea en medio de la pista debajo del disfraz, haciendo parecer que son dos personas, cuando en realidad usa sus brazos para que las piernas de la muñeca también se muevan al compás. El público se deleita, sonríe, y en agradecimiento por su ingenio le entrega una moneda.  “Vine a Lima hace siete años desde Bagua. En Trujillo estudié arte  (...)también hacía de estatua en las avenidas Javier Prado y Angamos, pero los serenos no me dejaban trabajar, me echaban de todos lados”, señala.

Jhon es padre de la pequeña Kiara (2) y todos los días sale de su casa en San Juan de Lurigancho a las 10 de la mañana y regresa a la medianoche, con 80 soles en el bolsillo. “A veces es más, pero el trabajo es muy duro. Se pelean  para trabajar en el centro”.  Justo en ese momento llegan al lugar un grupo de acróbatas que se apoderan de la plaza, y Jhon dice: “Ni modo, me voy, ellos son más”.

Dos compañeros en las calles

Isaí Huamaní (21) y Williams Estrada son dos inseparables amigos que trabajand juntos en el cruce de las avenidas Canadá con Nicolás Arriola en La Victoria. Ambos jóvenes van en busca de un sueño: juntar todo el dinero que puedan para financiar sus estudios.

Tal es así que a veces Isaí coge su marioneta en forma de calavera para hacer reir a los transeúntes mientras que Williams vuela por los aires practicando saltos mortales. “Antes mi papá se oponía porque decía que era un mendigo, pero con la plata que gano he comenzado a estudiar. Creo que ahora, pon fin, ha  empezado a respetarme”,dice un orgulloso Isaí.

Datos/claves

1) Esfuerzo. Jhon es padre de la pequeña Kiara (2) y todos los días sale de su casa en San Juan de Lurigancho a las 10 de la mañana y regresa a la medianoche, con 80 soles en el bolsillo.

2) Sacrificio. Jhon es padre de la pequeña Kiara (2) y todos los días sale de su casa en San Juan de Lurigancho a las 10 de la mañana y regresa a la medianoche, con 80 soles en el bolsillo. as 10 de la mañana y regresa a la medianoche, con 80 soles en el bolsdianoche, con 80 soles.

La Republica

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