miércoles, 31 de octubre de 2012

¿Es cómodo para ti manejar bicicleta por las calles de Lima?

La Organización Panamericana de la Salud ha indicado que usar bicicleta a lo largo de 20 años aumenta hasta en 5 la expectativa de vida. Esta actividad previene además enfermedades crónicas, respiratorias, cardíacas y musculares, y ayuda a acelerar el metabolismo dejando atrás aquellos ‘rollitos’.
¿Pero qué tan factible es volverse un ciclista activo en la ciudad de Lima, entre su tráfico vehicular caótico, conductores apurados, calles con baches y ciclovías muchas veces con obstáculos?
Junto a Octavio Zegarra, ciclista desde hace 15 años y presidente de Cicloaxión, Carmen Escobar, de la revista Somos, hizo un recorrido partiendo desde Magdalena.

A continuación las reflexiones extraídas:

1. Las ciclovías no son indispensables para volverse un ciclista urbano. Uno puede crear sus propias rutas considerando que esos espacios muchas veces no se respetan, están obstruidas por carros, motos yendo a toda velocidad o peatones distraídos.

2. Es mejor viajar sin cargar nada en la espalda. Por ejemplo, una mochila, pues calienta y hace sudar. Lo ideal es llegar fresco al destino.

3. Los autos no consideran a los ciclistas. Es importante andar atento con los vehículos, mirar siempre a los ojos del conductor y avisarle, por ejemplo, que vamos a doblar y aprovechar el semáforo en rojo para adelantarlos y partir primero.
En el centro de la capital, tener una mayor atención es recomendable. Sobre todo tomando en cuenta el tráfico; aquí, es buena idea intentar, con cuidado, pasar por el medio de los autos, o por el costado, apoyándose con un pie en las veredas cercanas.

4. En la ciudad no hay muchos estacionamientos para bicicletas. Algunas excepciones son las playas de estacionamiento en Los Portales del Óvalo Gutiérrez, en las calles El Parque, Las Orquídeas, Manuel Bañón y Paz Soldán en San Isidro. Algunos supermercados también los tienen. En caso no encontrarlos, no olvide de portar una cadena y su respectivo candado.

5. Conocerás a más gente, ganarás físico, tendrás menos estrés. Al volverte un ciclista, formarás parte de una comunidad como tal y te irás enterando de eventos o actividades que se pueden realizar en este medio de transporte. De hecho, también ahorrarás el dinero que gastas en pasaje.
Cabe resaltar aquí, un punto importante: la seguridad ciudadana. Muchos, sin duda, tienen miedo de andar en ‘bici’ por miedo a sufrir el robo de su preciado vehículo. Es aquí en donde se espera el accionar de las autoridades para garantizar un paseo tranquilo.

El Comercio

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