lunes, 13 de junio de 2011

No a la Cultura del Auto.

Supuéstamente inventaron el automóvil para que el desplazamiento fuera mas rápido y a mayor distancia. Al menos si es que solo hay un único automóvil en toda la ciudad. Pero los inventores del mismo en su afán de ganancias nunca consideraron el hecho de que todos o casi todos iban a querer uno, trayendo los peores males que actualmente nos aquejan: sedentarismo, nulidad de la actividad física, obesidad, disfuncionalidades cardiovasculares, el 60% de la contaminación ambiental, decenas de miles de muertos en el mundo, congestión vehicular, escasez de los espacios públicos, para finalmente, moverse limitada y lentamente. Un invento que se concibió para ir rápido y seguro, ha terminado convirtiéndose en uno de los vehículos mas lentos y peligrosos. Por ejemplo, en la ciudad de Londres, la velocidad promedio de los automóviles es de 15 a 18 kilómetros por hora. En Lima es de 15 a 20 kilómetros en hora punta. Lo que quiere decir que los limeños del siglo XIX iban mas rápido con sus carrozas jaladas por caballos. Esas velocidades son superadas por cualquier ciclista y a medio pedal.

A pesar de estas realidades, la "cultura" del auto sigue siendo una de las mas solicitadas. El auto ocupa el segundo lugar en todo presupuesto familiar, después de la compra de la casa. Ese dinero se constituye en una pésima inversión, ya que nos convierte en individuos poco activos, lentos e irracionales. El auto brinda poder, acrecenta la posibilidad de pisotear el derecho del resto que se desplaza sin auto. El estar dentro de esa coraza de hierro y plástico genera una sensación de tener prioridad ante todo.

En la imagen de abajo, verán como 90 personas con auto ocupan un enorme espacio. En el centro de la imagen las mismas 90 personas ocupan un espacio exageradamente menor utilizando un bus. En la imagen de la derecha, con las mismas 90 personas en bicicleta, el espacio ocupado es mayor, pero no llega ni a la mitad del espacio ocupado por los autos.

Si opinamos por la contaminación, los automóviles emitirán 180 mil toxinas por segundo. El bus emitirá sólo 2 mil y las bicicletas no emitirán toxinas así pasen 50 años.
Si nos vamos por el lado de la salud, conduciendo auto, las personas se vuelven paulatinamente sedentarias, insalubres, estresadas, irritables. En el caso del bus, las personas pueden ir más relajadas, quizá oyendo música o leyendo inclusive. Para el caso de las bicicletas, el ejercicio mantiene el corazón más sano, muy relajado, más proactivo, debido a mayor irrigación cerebral.
Decimos, ¿quienes son los culpables de todo éste caos? ¿No es irracional acaso seguir mirando al auto como ícono de transporte?

Por ello, los gobiernos de turno, presos de esta misma irracionalidad, concentran esfuerzos en obras viales orientadas solo al auto (únicamente el 15% es para transporte público), bien sea para construir puentes, intercambios viales de varios niveles, estacionamientos o autopistas. Esto solamente refleja un orden absolutista que no toma en cuenta a nadie que no use automóvil. Los peatones, usuarios de transporte público o ciclistas, aparecen como seres "invisibles" tanto para los propios automovilistas como para nuestras autoridades. La idea de que aquel que no use auto para desplazarse en nuestra ciudad debe ser un "misio", socava la capacidad de entendimiento: "Si se mueve en bicicleta, a pie o en bus (más adelante, en metro) debe ser porque no tiene ni para pagar medio galón de combustible o ni para comprar un neumático". Aquí de nada vale que como ciudadanos nos preocupemos por querer dejar de contaminar, contaminar un poco menos o por permitir que otros imiten nuestro ejemplo: que deseemos hacer ejercicio y estar sanos o porque simplemente queremos dejar el auto en casa por lo tóxico que significa y por último, porque queremos desplazarnos del modo en que lo deseamos. No. Somos considerados la última rueda de la carreta de la planificación en el transporte.
Recuerdo un incidente vivido hace unos meses que un conocido vivió y publico: "Me encontraba en la Av. Alfonso Ugarte conduciendo en mi bicicleta y de pronto una 4X4 me bloqueó el paso por delante. El chofer en estado irritable descendió de su vehículo y me recriminó que por mi culpa, otros choferes me brindaban un par de metros de vía para que yo me pueda desplazar, lo que motivaba que él no se pudiera desplazar mas rápido. Me mentó la madre y me dijo que porque no voy por la vereda". Algo terrible debemos estar haciendo cuando usamos la bicicleta, vamos a pie o tomamos transporte público. Y precisamente ese es un comportamiento común. A muchos les molesta el que tengamos un modo de desplazarnos diferente. El caso del iracundo e ignorante conductor es otorgado por el uso de su vehículo, pensar que es único y como poseedor de vehículo es el que tiene mas derechos frente a los que no. Sólo hay que ponerse a contar la cantidad de vehículos particulares que hay en los embotellamientos. Ellos significan entre un 60% a 75% del espacio ocupado en la calzada. Entonces, ¿quienes son los verdaderos causantes de la congestión vehicular? Sin embargo, el 85% de las obras viales son para ellos. ¿Acaso no debería restringirse su uso si son los que originan el problema? Más obras para ellos significa más autos particulares. Y en ese caso, así tengamos 50 líneas de metro, todo será en vano

Como peatones, ciclistas y usuarios de transporte público solo pedimos que nos respeten y que tengamos la posibilidad de desplazarnos con seguridad por toda la ciudad, bien sea de forma segregada o no. Es importante hacerles ver a los conductores que dentro de su "autito" también hay individuos de carne y hueso tal como lo somos nosotros, con la diferencia de que ellos pueden acabar con nosotros con un simple golpe si nos ven cruzando o con bicicleta y que además, son los que causan el problema de la congestión, ocupando mayor espacio y sólo para transportar a un único individuo en la mayoría de casos.

Y todo ello, porque no tenemos los mismos derechos de desplazarnos en silencio sin meter las 2 mil toxinas al aire por vehículo. Cuando caminamos o vamos en bicicleta, no contaminamos nada, cuando utilizamos el transporte público, entre 40 a 200 de nosotros contaminamoEnlaces como un auto. Pero ellos, con un sólo vehículo y para colmo, casi siempre una sola persona envenena más que un bus del metropolitano. Seguimos preguntando, ¿quién es el mayor culpable de todo?

Esperemos que esos derechos que tanto exigimos se vayan plasmando. No será una tarea fácil, requerimos de la labor de todos y del apoyo de la autoridad, aunque también ella haga mas caso al cláxon y al armatoste de metal del auto particular. Seguirá siendo la oportunidad para seguir diciéndole que aquí también estamos, exigiendo nuestro derecho.

Más espacios públicos! Más ciclovías! Más obras de transporte públicos masivos! Menos autos! Menos obras para autos!

Colectivo Ciclovías de Lima.
Encuéntranos en Facebook aquí

No hay comentarios:

Publicar un comentario