viernes, 10 de diciembre de 2010

TREN ELÉCTRICO EN PELIGRO DE COLAPSAR


En los últimos meses las obras de construcción del tren eléctrico han avanzado a la velocidad de un tren bala. La consigna es culminar la obra que persigue 25 años al presidente Alan García antes de que finalice su gobierno. Terminarla, cueste lo que cueste, sin importar el peligro que puede generar el voraz interés presidencial por entregar una obra que es, en realidad, una bomba de tiempo.

Diario16 accedió al Informe Técnico de la Contraloría General de la República. Las Veedurías 1 y 2 (inspecciones técnicas) que ingenieros de la Contraloría han realizado en las obras del tren eléctrico tramo Villa El Salvador-avenida Grau. Las conclusiones son altamente alarmantes: Fisuras en los pilares (columnas) que sostienen la estructura, desprendimientos de las armazones de concreto, construcción sobre terrenos inestables y oxidación de varillas de acero. Informes técnicos que fueron entregados a la Autoridad Autónoma del Tren Eléctrico y al consorcio constructor conformado por las empresas constructoras Odebrecht Perú y Graña y Montero. Informes que, según fuentes de la propia Contraloría, no han sido tomados en cuenta hasta la fecha.

EL ‘NOBEL DE LA ARQUITECTURA’ DEL PRESIDENTE
El pasado 08 de octubre, el presidente Alan García inspeccionó las obras de construcción del tren eléctrico. El jefe de Estado las calificó como el ‘nobel de la arquitectura”. Sin embargo, cuatro días después, la Contraloría emitió el informe técnico que hoy publicamos y que consigna gravísimas fallas en la construcción del denominado ‘Sistema Eléctrico de Transporte Masivo de Lima y Callao’.

Primera observación.- Los ingenieros de la Contraloría advierten que se realizó el vaciado de concreto de la zapata C-171 sobre un suelo ‘fino limoso’ inorgánico. El riesgo es la posibilidad del desplome de las estructuras ante la carga de servicio y eventos sísmicos.

Diario16 buscó la opinión especializada del ingeniero civil, Fermín Ramírez, perito de supervisión de obras viales de gran envergadura de la empresa Acruta & Tapia Ingenieros. El experto nos guiará a entender cada una de las observaciones. “En el primer caso, las zapatas son las estructuras en las que se apoyan las columnas, en este caso son pilares. Es una base que se construye bajo tierra. El peligro de construir sobre un piso ‘fino limoso’ es el comportamiento de este tipo de terreno, pues suele expandirse y, con el paso del tiempo, genera grietas en la unión de la base (zapata) y las columnas, y en la unión de la columna y la viga. No debería construirse bajo esas condiciones. Si se ha construido sobre este terreno el peligro es que la base por donde pase el tren se asiente, se forme una especie de bache. Eso es muy peligroso”, detalla el ingeniero Ramírez.

Segunda observación.- En el informe de la Contraloría se advierte que en la Estación Jorge Chávez, ubicada en la cuadra 45 de la avenida Tomás Marsano, se evidenció fisuras en las bicolumnas 139 y 144, desprendimiento de concreto, aparición de manchas de apariencia marrón y corrosión en las varillas de acero.

En la zona, aún continúan los trabajos de construcción y el contacto visual no es posible, pues la obra está rodeada por muros de seguridad que hace imposible observar las fallas. Pero hoy publicamos las fotografías que los ingenieros de la Contraloría lograron capturar en el lugar.

Sobre esta observación tenemos la opinión del ingeniero Fermín Ramírez: “Aquí lo preocupante es el óxido. Las varillas de acero oxidadas generan las fisuras en las columnas y los posibles desprendimientos. Estas columnas han sido construidas hace 25 años, y los fierros han estado expuestos a la intemperie todo ese tiempo y, así, se oxidan. El óxido es el cáncer de toda estructura de concreto. Y esto puede con el tiempo llegar a un colapso total. Para que me entiendas, cuando las varillas de acero se oxidan tienden a hincharse y expulsar el concreto, rompen el concreto. Tal es la fuerza que se genera con el óxido que prácticamente dinamita el concreto. Lo que se debió hacer es tumbar todas esas columnas antiguas y construir nuevas. Creo que este es el peligro más inminente. Con el tiempo la base que soporta el tren puede partirse como una galleta”.

Tercera observación.- El 05 de agosto del 2010 los ingenieros de la Contraloría observaron sobre el paso del tren eléctrico de la estación del puente Atocongo, la red de alta tensión de la empresa Luz del Sur: una línea de alta tensión 220KV que debe ser retirada. En el informe se detalla que la empresa concesionaria de electricidad tiene hasta el 08 de diciembre para retirarla. Pero este punto del informe no ha sido tomado en cuenta, pues el plazo se venció justamente ayer y en un recorrido que realizó este diario pudimos constatar que dicha red de alta tensión continúa en el lugar.

“En este caso notamos que continúan los cables de alta tensión en el lugar. Eso pone en peligro, en principio, la vida de los trabajadores que construyen la obra. Pero, además, si el tren entra en funcionamiento y esos cables continúan en la zona, va a ser peligrosísimo para los usuarios. El tren eléctrico es como un carro chocón, tiene una plataforma superior por donde pasa una antena que está en los vagones y a través de eso se alimenta de electricidad para funcionar. Imagínate, si así a simple vista vemos que los cables están a 7 metros de los rieles, cuando pase el tren van a estar a menos de un metro. Una chispa, un roce, y podría ser un desastre”, asegura el perito consultado por Diario16.

La Contraloría también detalla en su informe que sus ingenieros evidenciaron que las varillas de acero corrugado se encontraban almacenadas a la intemperie con signos vitales de oxidación, incumpliendo la Norma E-06 del Reglamento Nacional de Edificaciones. Y también encontraron, en la estación Jorge Chávez, varillas de acero grifadas (dobladas) en el parapeto lateral de la obra. En ambos casos el informe detalla que estas condiciones generan riesgos en el comportamiento estructural de la construcción del tren eléctrico.

El ingeniero civil Fermín Ramírez explica estas deficiencias: “No se puede tener las varillas de acero al aire libre. Eso las oxida. Cuando construyes tienes que saber qué tipo de varilla de acero utilizas, qué medida y qué tamaño. Cuando se oxidan, pierden la calidad, se reducen. Para que me entiendas, la varilla se hace más flaquita y, por consiguiente, menos resistente. En el caso de las varillas grifadas de los parapetos, es sencillo de explicar: en una construcción de esta magnitud no puedes grifar, es decir, doblar las varillas, porque el doblado no permite que la estructura soporte la carga”, finaliza el especialista.

Estando así las cosas, el tren eléctrico es un peligro latente para los tres millones de limeños que usarán sus servicios desde abril próximo, fecha prevista por el Gobierno para su puesta en funcionamiento. Una obra que es la obsesión del presidente García, y que puede terminar por generar un costo mayor que el económico y el político: la vida de peruanos.

http://www.diario16.com.pe/noticia.php?id=606#comments

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