Caretas publica hoy este demoledor recuadrito, acompañando a una nota llena de revelaciones:
- Se aumentó el presupuesto del Sistema Vial de Castañeda de S/.643 millones a casi S/.844 millones (unos US$ 281 millones), y se redujo la extensión de un poco más de 36 a 25,7 kilómetros.
- Así, el precio por kilómetro alcanza los US$ 11.94 millones. Es decir, implementar un sistema para buses se ha convertido en una obra tan cara como hubiera sido un sistema de trenes.
- El segundo más caro, el TransMilenio bogotano fue, como bien apunta la revista, “una pieza del rompecabezas de transformación cultural impulsado por alcaldes como Antanas Mockus“ e incluía proyectos “de recuperación del espacio, circuitos utilitarios de ciclovías, recuperación de tránsito peatonal y expropiaciones”. Por supuesto, el Metropolitano de Lima no incluye nada que se asemeje siquiera a un concepto de tal magnitud, notoriamente fuera del alcance intelectual de nuestro mudito favorito.
- También se reseña un reportaje de Carla Ramírez de la Hora N, que “da cuenta del desbarajuste de presupuestos en la Municipalidad” pero que también hace hincapié en la supervisión de organismos internacionales (como la ahora famosa OEI) que les permiten saltarse la fiscalización de Consucode (el organismo que debería controlar estos gastos)
–El intercambio de las avenidas Colonial y Universitaria saltó de S/.27 millones a S/.39 millones.
–La Vía Expresa de Grau pasó de S/.59 millones a S/.124 millones.
–El intercambio de la Panamericana Norte y Habich comenzó en S/.32.5 millones y cerró en S/.93 millones.
Las dos primeras licitaciones fueron supervisadas por la Organización Internacional de Migraciones. La tercera la llevó UNOPS.
Marco Martínez, ex miembro del directorio del Consucode, cuestiona el sistema de supervisión entregado a las organizaciones internacionales. “En una impugnación nunca reconocerán que se equivocaron. Son juez y parte”. Añade que las quejas deben presentarse fuera del país, mayormente en Washington, y eso dificulta todavía más el proceso.
Ojo: la UNOPS convocó la licitación de la construcción del nuevo Hospital del Niño, un proceso que todavía no concluye pero al que, ojito, se ha presentado una empresa vinculada a Canáan.
En general, creo, ya es hora que se termine este sistema de entegar licitaciones a estas entidades internacionales que no tienen nada que ver con el proceso de supervisión de compras estatales. Ojalá el nuevo Contralor, sea quien sea, le ponga freno a esta farsa.
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