domingo, 28 de agosto de 2011

IRACUNDO2010; ARTICULO SOBRE EL METRO EN REVISTA CARETAS

DEL 7 DE JULIO DEL 2011



Como para no creerlo, tras más de dos décadas, finalmente habemus tren: este 11 de julio el Consorcio Tren Eléctrico, integrado por la brasileña Odebrecht y Graña y Montero, hará entrega del Tramo 1 del metro capitalino al Consorcio Tren Lima. Este último operará la concesión que unirá 9 distritos –desde Villa El Salvador hasta el Cercado de Lima– por 30 años.

No habrá transporte abierto al público, sin embargo, al menos hasta octubre: el concesionario deberá primero hacer pruebas y confirmar que todo está operativo antes de permitir la entrada del público. Pero no toda la influencia positiva del Tren Eléctrico será vía rieles: con la construcción de las 16 estaciones y la ruta de 21 kilómetros, sobresalen también resultados verdes, aparte de la emisión cero de dióxido de carbono al ambiente: un trabajo de arborización bravo entre las estaciones Atocongo y Grau.

De los 1,472 árboles y palmeras que estaban en la ruta del Tren Eléctrico, el 29% ha sido retirado, el 38.3% fue trasplantado y el 32.7% permanecerá en su lugar.
Para ello, la empresa Tiempo Verde realizó los trabajos de poda, reubicación y forestación para los casi 1,500 árboles de 33 especies (entre ficus, molles, eucaliptos, palmeras, entre otros) que se encontraban en la vía del tren. Hubo, sí, que talar 40; pero se han sembrado 5,000 plantones entre Surco y Lima y donado otras 1,500 palmeras a Villa María del Triunfo.
“Había árboles que sobrepasaban la altura de 12 metros del tren que no iban a permitir la construcción de distintas instalaciones”, apunta Félix La Torre, gerente de Tiempo Verde: “Los hemos reubicado y en su lugar sembrado plantas más pequeñas, como molles costeños y serranos (de 7 y 10 metros, respectivamente), laureles (4 m), etc.”.

El trabajo involucró un catálogo integral de las plantas y un plan integral de tratamiento de los nuevos árboles sembrados en la vía, para el futuro tratamiento por parte de las comunas correspondientes.

Así, el viaje en el Tren Eléctrico no será solamente uno de vistazos de azoteas cachivacheras o calles sucias y desordenadas (que no faltarán, tampoco, ojo), sino también de futuras rectas arbóreas. Digamos, a manera de canopy walk urbano.


Caretas

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