martes, 5 de agosto de 2014

Tren para todos

Gracias a Gato_Félix

La Línea 1 del Metro registra un incremento notorio de demanda desde que fuera lanzado el segundo tramo de su recorrido. Las ventajas que ofrece, en términos de servicio y ahorro de tiempo, son evidentes y, sin duda, nos pone al nivel de las grandes urbes. Aquí el trayecto y las expresiones del usuario.
“Tengo una vista panorámica impresionante”, detalla don Enrique Mendizabal (96) a uno de sus familiares vía telefónica. Sentado en una silla de ruedas frente a una de las amplias ventanas que ofrecen los vagones del Metro de Lima, Mendizabal afirma, con voz todavía clara, que decidió hacer el recorrido para satisfacer uno de sus tantos deseos. “Quise venir para conocer.

He tomado el tren de Londres, París, Tokio y Nueva York; y el servicio que nos ofrecen es el mismo”, agrega, robándose la atención de otros pasajeros.
Desde el histórico distrito de Villa El Salvador hasta la pujante zona de San Juan de Lurigancho, el servicio del Metro de Lima tarda 54 minutos, a veces un minutos más, pero esto ha sido suficiente para que la demanda de sus servicios crezca a toda velocidad. Desde que se inauguró oficialmente el segundo tramo, la cantidad de viajeros aumentó en 80% aproximadamente. “Hemos tenido un incremento considerable. Nuestro promedio diario era de 150,000 personas, solo el día de la inauguración llegamos a 220,000 y en los días sucesivos hemos tenido picos de 240,000 viajeros”, señala Rodrigo Fernández de Paredes, gerente de relaciones institucionales de la Línea 1 del Metro de Lima.

En la estación Bayóvar –último paradero en Juan de Lurigancho– algunas personas aún conservan la costumbre de estirar el brazo para que la unidad de transporte se detenga. Ingresan tranquilos, tratan de sentarse en lo que suponen ellos es la zona más segura, pero todos comentan lo bueno que es el servicio y contemplan esa ‘selva de cemento’ llamada Lima, que deja cientos de imágenes urbanas en el camino. Durante el trayecto, Elsa Wong (48), junto a su madre de 78 años y su hijo de apenas 7, decide registrar su periplo con un selfie y pequeñas capturas de video. “Estamos yendo hasta el último paradero de Villa El Salvador y es la primera vez que subimos al Tren Eléctrico. A mí me servirá mucho porque se ahorra tiempo y dinero”, señala Elsa. Como ella, muchos otros sacan sus celulares para perennizar el viaje.


Veloz y seguro

Existe todo un sistema de videovigilancia que nos alerta de situaciones inesperadas que puedan darse dentro de las unidades del tren, como robos e incluso casos de acoso sexual durante el viaje. “Contamos con el apoyo de la Policía Ferroviaria, además del personal de seguridad privada que supervisa que todo esté en orden”, nos dice Rodrigo Fernández.
Por si fuera poco, los propios pasajeros tienen la posibilidad de presionar un botón para comunicarse con el conductor y señalar cualquier situación anómala que pudiera ocurrir, para que este se comunique de inmediato con los agentes del orden.

Fernández de Paredes agrega que estos casos fueron puestos a disposición de la Policía, con la que se trabaja permanentemente para dar seguridad al público. “En algunos casos se hacen las denuncias, en otros no; pero si es necesario, aportamos las pruebas, lo que no ha ocurrido mucho felizmente.”
Estamos por llegar al paradero final; sorprendidos miramos el cronómetro del celular: 54 minutos y 3 segundos. Una sensación de bienestar se dibuja en los rostros de nuestros habitualmente ‘zarandeados’ usuarios del servicio público de transporte. No más. Ahora hay servicios de primera, como dijo don Enrique Mendizabal, mismo Nueva York. Elsa y su familia hacen un selfie más. El recorrido ha llegado a su fin. (Renato Pajuelo)

http://www.elperuano.com.pe/edicion/noticia-tren-para-todos-20859.aspx 

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