lunes, 22 de septiembre de 2014

¿Por qué suspendieron inicio de obras de línea 2 del metro?

Fuentes de Palacio de Gobierno dijeron que adendas al contrato no estaban listas. 

MTC lo negó y adujo razones de seguridad. Maquinaria, estrados, sillas para los invitados, maquetas de la obra, funcionarios del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), trabajadores, algunos invitados. Este era el escenario que esperaba ayer al presidente Ollanta Humala en Santa Anita, quien, según su agenda oficial, debía llegar a la 11:15 a.m. para una ceremonia: iniciar lo que será la obra más importante de transporte en la historia del Perú, la línea 2 del metro (que unirá Ate Vitarte y el Callao).

Pero sorpresivamente todo quedó trunco. El mandatario nunca llegó y el MTC difundió un comunicado para anunciar que “por razones de fuerza mayor” se suspendía la ceremonia. 

¿QUÉ OCURRIÓ? 


Fuentes de Palacio de Gobierno explicaron poco después de conocerse la decisión que el presidente Humala habría postergado la cita hasta que se firmen dos adendas al contrato que aseguren la realización de unas obras adicionales. 

Se comentó también que Humala había optado por llamar a Palacio de Gobierno a una reunión de trabajo a los representantes de las empresas que ejecutarán el proyecto, a fin de precisar los términos de esas adendas. 

Las fuentes admitieron que hubo una descoordinación entre el MTC y el consorcio ganador, porque estas adendas ya estarían acordadas y no generaban ninguna diferencia de opinión entre las partes (el Estado Peruano y el consorcio ganador). Pero no habían sido redactadas, firmadas e incorporadas al contrato. 

“Por la envergadura de la obra el presidente no quiere que se realice la ceremonia de primera piedra hasta que no estén todos los elementos bien precisos”, comentó la fuente.

Horas después, efectivamente, la reunión entre el presidente y los empresarios se produjo. Según una nota de prensa de Palacio, en la cita se abordaron las etapas y el cronograma de construcción de la línea 2 del metro de Lima, la cual se iniciará en pocas semanas.

En el encuentro estuvieron los máximos representantes de esa sociedad concesionaria integrada por Carlos Royo, presidente del consorcio Metro de Lima; Ignacio Segura, representante de Dragados; Juan Santa María, de Iridium; Fernando Valdez, de Cosapi; Guillermo Díaz, de Salini Impregilo; Salvatore Ricardi, de Ansaldo; y Miguel Jurado, de FCC. Todos ellos iban a participar en la ceremonia que a última hora se canceló. 

VERSIÓN DISTINTA 
Sin embargo, fuentes del propio MTC comentaron que la cancelación intempestiva de la ceremonia de ayer se debió a problemas de seguridad porque en la zona se encontraban protestando unos comerciantes del mercado Santa Anita –que ayer acataron un paro–.

Entre sus demandas, los comerciantes rechazan la entrega que hará el municipio de Lima de una parte del terreno del centro de expendio al MTC para la construcción del patio de maniobras de la línea 2. 

Según esta fuente, el presidente Humala habría desistido de ‘tomarse la foto’ para evitar el uso mediático de la protesta. Esta versión se respaldaría en que tanto el concedente como el concesionario se habrían puesto de acuerdo en realizar el acto formal pese a que aún no se han firmado las dos adendas en mención. Prueba de ello es que el concesionario habría gastado US$25 mil para organizar la ceremonia a la que había invitado a unas 150 personas. 

Una tercera versión explica que la cancelación también obedecería a que los funcionarios del regulador del sector Transportes, Ositrán, y la Autoridad Autónoma del Tren Eléctrico habrían objetado que aún no están preparados para acompañar el inicio de la construcción del megaproyecto. 

LAS ADENDAS DE LA DISCORDIA 
Sobre las adendas, se supo que la primera busca poner en ‘blanco y negro’ que el concesionario asume la tarea de limpiar las interferencias (cableado, postes, conexiones de agua y desagüe, etc.) en la ruta subterránea del metro. Si bien esta labor originalmente correspondía al Estado, hasta el momento el MTC no ha podido hacerla. 

Por ello y ante la premura de inaugurar el tramo 1A en el 2016 –que va del mercado de Santa Anita hasta la Vía de Evitamiento–, el Gobierno habría decidido encargar la tarea al consorcio. Esto, por supuesto, requiere que ambas partes se sienten a negociar cómo se reconocerán los costos. 

La segunda adenda sería un formalismo, pues una fuente del sector dijo a El Comercio que el concedente requiere cambiar algunos términos en las garantías que presentará ante el MTC para cumplir los estándares europeos.

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